Cuando el mejor cifrado tiene setenta años de antigüedad: el caso de la paloma mensajera 40TW194
Hay veces en las que la era de la información en la que vivimos hace que obviemos algunos sucesos, calificándolos de demasiado antiguos. Incluso de primitivos. Pero hay ocasiones esos casos obsoletos y aparentemente simples dejan boquiabiertos a los mejores ingenieros de nuestros días. Es el caso de la paloma mensajera 40TW194, con un mensaje de la segunda guerra mundial que hasta ahora nadie ha sido capaz de descifrar.
Pongámonos en situación: año 1944, en los días del desembarco de las playas de Normandía que cambiaría irremediablemente la balanza de la guerra y supondría el comienzo del fin del eje alemán. Desde algún frente francés alguien envía a la paloma identificada con el número 40TW194 con la intención de que llegue a las islas británicas, pero la mala suerte hace que el animal caiga fatalmente en la chimenea de una casa situada en Bletchingley, un pueblo situado al sur de Londres.
El cadáver, junto al mensaje atado en una de sus patas, permaneció inadvertido en la chimenea hasta que alguien encontró los restos en 1982. Del pájaro ya no quedaba mucho, pero el mensaje se ha podido recuperar. La historia ha sido objeto de deseo para muchos aficionados a este tipo de mensajes atados en palomas entrenadas, y finalmente hace un mes los expertos con más experiencia del Reino Unido aceptaron la tarea de intentar descifrarlo con las tecnologías más puntas de las que disponemos hoy en día. ¿El resultado? Un fracaso total.
Ni los ordenadores más potentes, ni la lógica más complicada, ni ningún método avanzado de criptología ni nada parecido ha podido con las secuencias de letras y números del mensaje, cifrado con un sistema creado en plena segunda guerra mundial.
Dos posibles formas de descifrar el mensaje, ambas imposibles
Las declaraciones de la British Broadcasting Corporation concluyen que se necesitarían datos acerca de las dos personas involucradas en el mensaje para poder descifrarlo: tanto el emisor como el receptor. Sin ni siquiera la identidad de esas dos personas, el mensaje es absolutamente indescifrable por mucho que lo sometamos a la potencia de nuestros mejores procesadores. Y lo más probable es que tanto remitente como destinatario ya hayan fallecido.
También podría caber la posibilidad que la clave de cifrado esté compartida no solamente entre un emisor y un receptor, sino entre todos los participantes de una misión en concreto de la campaña de la invasión aliada en Francia. Pero volvemos a lo mismo: los soldados que participaron en la misión ya no están entre nosotros, y la clave para descifrar el mensaje ha desaparecido con ellos.
Es una pena, porque la curiosidad de sobretodo muchos historiadores debe ser enorme para saber el contenido de ese mensaje cifrado. Lo único que sabemos de él es una sugerencia, una apuesta de un historiador, que supone que las primeras palabras del mensaje son “Querido Santa” debido a que la paloma 40TW194 voló en plenas fiestas navideñas.
¿Claves de cifrado creadas hoy en día? Dame un ordenador, un software de desencriptado y un poco de tiempo. ¿Claves escritas en un papel en 1944? Indescifrable. Nunca está de más desviar la mirada al pasado, cuando el software informático sólo era un simple concepto.
Más información | New York Times
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